La coliflor proviene de Chipre y originalmente fue llamada “col chipriota”. Es conocida desde hace más de 2500 años. Ya era cultivada en el antiguo Egipto y Persia. Más tarde, su cultivo se introdujo en Italia desde donde se extendió a toda Europa en el siglo XVI.
En la cocina actual se utiliza también como producto congelado, pues conserva las propiedades de la coliflor fresca. Se utiliza en gran variedad de platos, desde sopas hasta comidas de verduras. Se cuece en su totalidad o se sirve fresca en ensaladas.
Contiene potasio, magnesio, calcio, manganeso, hierro, cobre, cinc, flúor, carotenos y vitaminas C, K, B1, B2 y B6.